Donegal, pura y salvaje Irlanda

El sol brilla fuerte cuando nos adentramos en el casco urbano de Donegal, algo inusual para esta época del año. Al fin y al cabo, lo de los cielos grises y la lluvia perenne se halla estrechamente vinculado a esta zona de Europa: Irlanda, qué le vamos a hacer, es así. Pero no en esta ocasión. Suertudos nosotros, admiramos la preciosa estampa del pueblo, con sus casitas de puertas coloreadas y la torre de su parroquia alzándose al infinito, mientras nos dirigimos a la primera parada del viaje. En Hannah Hats nos esperan.

En cuanto atravesamos la puerta del establecimiento, que lleva albergando el negocio desde 1924, el ruido de las máquinas de coser se apodera de la escena. Varias mujeres se afanan en unir piezas de tela siguiendo distintos patrones, dando forma a gorras, boinas y sombreros. Las hormas moldean algunos de los modelos sobre una estantería, las telas –decenas, cientos de ellas– se apilan en las mesas, y un aparato antiguo, manejado por uno de los trabajadores, produce botones forrados sin cesar.

Pero, no siempre transcurrió todo así en este establecimiento donde la artesanía se cultiva a base de pasión y esmero: cuando David Hannah, abuelo de los jóvenes propietarios actuales, abrió el negocio, trabajaba como sastre a medida. Los sombreros llegaron en 1964 para hacerse un nombre, por su calidad y perfecta ejecución, más allá de las fronteras irlandesas. Hoy, visitar Hannah Hats, donde más de una veintena de personas se esfuerzan en mantener viva esta tradición familiar, es una fantasía.

Nos colocamos la gorra que nos llevamos de recuerdo –faltaría más– para seguir explorando la localidad. Un coqueto pueblo de pequeñas dimensiones famoso por ser, históricamente, la morada del clan de los O’Donnell: no en vano, aquí se halla una de las fortalezas desde la que se defendieron de la invasión inglesa entre los siglos XV y XVII.

Puedes leer el Artículo completo en… https://www.traveler.es/articulos/guia-donegal-irlanda-que-ver-que-hacer-donde-comer-y-dormir