Bucarest, la ciudad de las avenidas y de los parques
01/01/2011
La capital de Rumanía, centro cultural y económico de todo el país, fue fundida hace más de quinientos años y es el punto de partida más adecuado para una vuelta a Rumanía. En los años ´30, Bucarest era llamado también «El pequeño París» gracias a sus avenidas guardadas de árboles.
Aquí se encuentra mismo un Arco de Triunfo en la impresionante Avenida Kisseleff, aún más largo que la Champs Elysées y en que, en la primavera, puede admirar le esplendor de los árboles florecidos.
A pesar del plano tan extenso de reconstrucción de los años ´80, Bucarest queda una ciudad de parques, lleno de verdura, agradable, con cafés abiertas en las aceras en verano y barcos de placer en los lagos y ríos que le transcorren.
Exploración de la ciudad
Es muy fácil encontrar su camino en Bucarest. La red del métro está extendida en toda la superficie de la ciudad y el precio para un viaje es único. Las principales avenidas transcorren la ciudad en dirección norte-sur, del Arco de Triunfo hasta el Centro Cívico, intersectadas por otras avenidas que van del este al oeste. Calea Victorei (la calle de la victoria), hallada a continuación de la Avenida Kisseleff es el lugar preferido de los bucarestinos para paseos en las noches veraniegas.
Aquí encontrará edificios públicos imponentes, como por ejemplo el Museo Nacional de Historia y el Palacio de Correos, y hacia el acbo sur de esta avenida está el parque Cismigiu. La avenida Magheru está paralela a la Calea Victoriei y en ella se encuentran agencias de turismo y de las compañías aéreas, cines y hoteles.
Una combinación eclectica de estilos
Será probablemente sorprendido de la mezcla ecléctica de estilos arquitecturales de Bucarest, empezando con la Curtea Veche (el patio viejo), las ruinas del palacio de Vlad Tepes del siglo XV – el fondador de la ciudad y al mismo tiempo la funete de inspiración para el personaje Dracula -, pasando por iglesias ortodoxas, villas en estilo Second Empire, hasta la arquitectura estalinista pesada del período comunista y el Palacio del Parlamiento, un edificio colosal, con seis mil habitaciones, la segunda como grandeza en el mundo después del Pentagón.
Curtea Veche, el lugar donde se fundó la capital.
Bucarest hay siempre algo muy interesante esperando a que Ud. lo descubre.
Qué merece ser visitado
Merece visitar a Bucarest mismo si no es más que sus museos, especialmente el Museo de la Aldea al aire libre en el parque Herastrau, cerca del Arco de Triunfo. Aquí verá ejemplos de la arquitectura y de la artesanía popular de toda Rumanía, incluso las famosas iglesitas de madera del Maramures.
Otros objetivos «obligatorios» son el Museo Nacional de Arte, que se halla en el edificio del antiguo Palacio Real, el Museo Nacional de Historia, en la Calea Victoriei, que reune la magnífica platería del tesoro nacional y la Curtea Veche, con su iglesita pintada del siglo XVI.
En la cercanía está la espléndide Iglesia Patriarcal, construida en 1657 yque ahora hace nota contrastante a la modernidasd de todo el Centro Cívico. Y no den un rodeo a la iglesia Stavropoleos cerca de la Curtea Veche, verdadera joya de la arquitectura ortodoxa rumana. Si tiene la suerte de hallarse en una de estas iglesias durante un bautizo o una boda, asistirá a una ceremonia inolvidable.
Vida bohemia en Bucarest
La vida artística de la ciudad fue siempre a la altura de su apodo parisiano, y hoy es más activa que nunca. La Opera nacional siempre guarda un repertorio clásico – Puccini, verdi, Rossini, Mozart.
En el espléndido edificio en estilo neo-clásico del Ateneo Rumano tienen lugar conciertosinternacionales o sostenidos por la Orquesta Filarmónica George Enescu. Sin embargo, el precio de los billetes es muchi inferior a los de otros países.
Qué le puede ofrecer el centro de la ciudad
A todos los turistas les gusta ir de compras; encontrará almacenes en la zona de la Piata Unirii (Plaza de la Unión) y en las avenidas principales. Para cambiar, puede pasearse en un basar con pequeños negocios en las callejitas de la zona de la calle Lipscani, cerca de Curtea Veche.
Los objetos de específico local son la cerámica, la vidrería, los tejidos y las esculturas en madera. Otra experiencia inolvidable seía de visitar el agitado basar de los domingos por la mañana, quiere decir un mercado de objetos usados a orillas del Dâmbovita
Los restaurantes de la capital resuscitaron ellas también; los asados de ganado, pollo o cerdo etsán a la base de muchas comidas típicas, seguidas por una gama muy variada de especialidades de pastelería como postre. Para un mejor apetito, prueben los vinos rumanos y la «tuica», la bebida nacional.
Los precios son razonables y la atmósfera de los bares, restaurantes y clubs de noche muy acogedora, muy a veces alegrada por los ritmos de la música gitana. Los rumanos son un pueblo lleno de vida, cuyo le gusta sentirse bien. ¡Júntese a ellos y diviértese!
Las cercanías de la capital
Bucarest está rodeado por bosques y lagos, y los antiguos palacios y monasterios se encuentran en este paisaje tan pintoresco. El monasterio de torrejón de Snagov que data desde 1408 es muy apreciada por los bucarestinos que pratican deportes náuticos en el lago.
Merece visitar el elegante Palacio Mogosoaia, construido en el siglo XVIII a una distancia de 14 km (9 millas) más al norte del lago Mogosoaia. Pero hay muchos otros lugares dignos de ser visitados.