Guia de Portugal

Guia de Portugal

01/01/2011 Desactivado Por oriol@zoomdestinos.com
Guia de Portugal
Portugal es uno de los destinos más económicos y fascinantes de Europa. Goza de un rico pasado marinero, soberbias playas, melancólicos pueblos y ciudades y un paisaje de olivos, viñedos y trigales. Cuatro décadas de dictadura, entre 1926 y 1968, dejaron al país luso totalmente al margen del progreso económico y de los centros de poder europeos; aunque ha dedicado gran parte de los últimos veinte años a intentar avanzar desde la periferia, forjando nuevos vínculos con el resto del continente europeo, reestructurando su economía y esforzándose por mantener lo mejor de su cultura nacional. La lucha entre tradición y modernidad aún hoy continúa; mientras Portugal fluye hacia la corriente económica de la Unión Europea, todavía parece mirar con nostalgia sobre su hombro y allende los mares sus dominios de ultramar que incorporó al imperio en el siglo XV, y que se extendían por África, Brasil, la India y el Lejano Oriente.

Nombre oficial: Portugal
Superficie: 92.391 km²
Población: 10.100.000 hab.
Capital: Lisboa (535.740 hab.)
Nacionalidades y etnias: 99% portugueses, 1% africanos
Idioma: portugués
Religión: 97% católicos, 2% protestantes, 1% otras religiones
Régimen político: república parlamentaria

Presidente: Jorge Fernando Branco de Sampaio
Primer Ministro: José Manuel Durão Barroso

PIB: 195.200 millones de dólares
PIB per cápita: 19.400 dólares
Crecimiento anual: 3,3%
Inflación: 4%
Principales recursos económicos: industria textil, calzado, industria maderera, metal, refinería, química, conservas de pescado, vino, turismo y agricultura
Principales socios comerciales: UE (especialmente España, Alemania, Francia, Italia, Holanda y Gran Bretaña), Estados Unidos
Miembro de la UE: Sí
Zona euro: Sí

Información práctica

Visados: Los miembros de la Unión Europea y ciudadanos de Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda no necesitan visado. Entre los ciudadanos de los países latinoamericanos, tan sólo los de Colombia y Perú necesitan visado para viajar a Portugal.
Condiciones sanitarias: quemaduras solares en verano
Hora local: GMT
Electricidad: 220V, 50Hz
Pesos y medidas: sistema métrico Cuando ir
De clima templado, el país luso puede disfrutarse especialmente entre los meses de abril a octubre, época en la cual el tiempo es en general muy agradable; este ambiente es la tónica general en el Algarve durante todo el año. Las lluvias, presentes entre noviembre y marzo, son abundantes en el extremo norte y en la Serra da Estrela, cordillera situada en el centro del país. La temporada de esquí centra los meses de enero a marzo, pero siempre es preferible en febrero. La mayor afluencia de turismo se concentra entre mediados de junio y septiembre, exceptuando el Algarve, donde el flujo turístico tan sólo desciende hacia finales de invierno. El Carnaval y la Semana Santa se celebran con gran esplendor por todo el país, de modo que es preferible plantear un viaje a Portugal para cualquier otra época del año.

Fiestas y celebraciones
En Portugal abundan las romarias (romerías), las festas (fiestas) y las feiras (ferias). Estos festejos son mayoritariamente religiosos y paralizan totalmente las ciudades y pueblos. Estas celebraciones son más tradicionales y menos turísticas en el norte del país. El Carnaval es uno de los mayores acontecimientos; se caracteriza por las fiestas, los desfiles y las máscaras. Durante la Semana Santa de Braga desfilan multitud de procesiones llenas de colorido. La Festa de São João más impresionante es la que se celebra en junio en Oporto, donde el gentío danza por las calles. La Feira de São Martinho (Golegã; en noviembre) organiza exhibiciones de caballos, concursos de equitación y corridas de toros.

Dinero y precios

euro, antes escudo

Comidas

Presupuesto bajo: entre 4 y 7 dólares
Presupuesto medio: entre 7 y 20 dólares
Presupuesto alto: a partir de 20 dólares

Alojamiento

Presupuesto bajo: entre 8 y 20 dólares
Presupuesto medio: entre 20 y 40 dólares
Presupuesto alto: a partir de 40 dólares
A pesar de que los costes empiezan a ser más elevados a medida que Portugal está alcanzando el nivel fiscal de la UE, aún sigue siendo uno de los lugares más módicos para viajar en Europa. Con un presupuesto mínimo, alojándose en hostales o en campings y con una dieta basada en autoservicios, es posible viajar por unos veinte dólares por persona en temporada alta. Si se opta por un alojamiento de precio reducido y por comer ocasionalmente en restaurantes económicos, el coste diario rondará los veinticinco dólares. Cuando se planifica con antelación un viaje para dos, es posible obtener descuentos en temporada baja; comer y dormir de manera aceptable puede suponerles unos sesenta y cinco dólares. En las zonas apartadas del circuito turístico, los precios descienden considerablemente.

Aunque es sencillo canjear los cheques de viaje y la tasa de un 1 por ciento es mejor que la correspondiente al dinero en efectivo, éstos tienen muy poco valor en Portugal, debido a las tarifas adicionales tan elevadas con las que cuenta el país, que pueden ascender a más del 13 por ciento por un cheque de 100 dólares. La excepción la constituyen los cheques de viaje de American Express, que se pueden cambiar sin comisiones mediante agentes de Amex. Las tarjetas son una alternativa más eficaz; hay cajeros automáticos en todos los centros turísticos, donde es posible extraer dinero de cuentas de ahorro o corrientes. Aunque se disponga de otros medios, es recomendable llevar siempre dinero en efectivo, en dólares o libras.

Si uno ha quedado satisfecho con el servicio, es razonable dejar una propina del 10 por ciento y si se trata de un aperitivo, basta con alguna moneda suelta. Los taxistas esperan también un 10 por ciento del precio del viaje. En los mercados, se puede regatear con un tono amistoso, pero hay que tener en cuenta que los portugueses suelen ser buenos negociantes. En temporada baja, el regateo puede ser útil para obtener descuentos en el alojamiento.

Qué ver

Lisboa
Lisboa, la capital, se alza a orillas del río Tajo. El bajo horizonte de la ciudad