48 horas en Trento, la joya renacentista del norte de Italia

La capital (junto con Bolzano) de la región de Trentino-Alto Adigio, se traduce en la antesala perfecta antes de dar paso a los Dolomitas. Unos días de desconexión donde el Renacimiento, el concilio más famoso de todos y una gastronomía de altura, están a la orden del día.

Trento es esa ciudad que no te esperas y que no sabías que necesitabas, pero que está ahí. ¡Vaya que si lo está! Enclavada en un valle custodiada por macizos montañosos donde las nubes bajan a hacer una visita de vez en cuando y atravesada por el rio Adigio, estamos ante el último gran reducto que es más italiano que alemán; aunque siempre con ese aire alpino que tanto le caracteriza.

Una vez continuemos nuestro viaje hacia el norte, la cosa cambia en cuestión de patrimonio, idioma y gastronomía. Pero por el momento, quedémonos en esta bella ciudad con orígenes medievales que emana Renacimiento en su centro histórico y de la que aún no nos habremos ido y ya estaremos deseando volver.

Trento se presenta como ese secreto del norte de Italia que no quiere ser contado. Un destino que en numerosas ocasiones pasa desapercibido frente a otras grandes ciudades italianas como Roma, Florencia, Nápoles, Milán o -sin irnos más lejos-, Bolzano; pero que merece toda nuestra atención.

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