Qué ver en Trieste, la Italia que enamoró a James Joyce

Entre el azul del mar y las colinas que la resguardan, cuando te preguntan qué ver en Trieste, de inmediato entrelazas historia, arte y una atmósfera cosmopolita. Su arquitectura refleja el paso del tiempo, y caminar por sus calles significa descubrir una mezcla de estilos y tradiciones, desde amplias plazas abiertas hacia el horizonte hasta callejuelas que esconden antiguas historias. En cada rincón se percibe el eco de un pasado protagonizado por comerciantes, escritores y viajeros que dejaron su huella en sus edificios y cafés. La brisa marina y el aroma del café crean un ambiente que invita a la contemplación, mientras que su gastronomía refleja la fusión de sabores provenientes de distintas regiones.

Y es que Trieste no siempre fue italiana. También fue austríaca y en sus calles han habitado grandes comunidades austríacas, alemanas e incluso eslovenas. Todo esto le ha conferido su carácter multiétnico, convirtiéndola, también, en un punto de encuentro entre lo antiguo y lo moderno, entre el mar y la tierra, entre la serenidad y el bullicio de la vida cotidiana.

Un destino que sorprende y envuelve con su magnetismo, dejándonos con la sensación de haber descubierto un lugar donde el tiempo se mueve a un ritmo diferente. Exploramos Trieste en un par de días.

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