Pechón, Cantabria: el paraíso perdido

En la costa cántabra, pegando a Asturias, entre la Ría de Tina Mayor (desembocadura del río Deva) y la Ría de Tina Menor (del río Nansa), se encuentra Pechón. Cantabria presume de esta localidad, perteneciente al municipio de Val de San Vicente, que cuenta con 230 habitantes censados y en verano multiplica esa cifra por cuatro gracias a la cantidad constante visitantes y a la gente que va a trabajar la temporada. Algo que ha permitido que su economía, basada tradicionalmente en la ganadería, la pesca de marisco y la extracción de algas, se apoye ahora principalmente en el sector de la hostelería y los servicios turísticos.

¿Qué tiene Pechón para que todo el mundo quiera ir, y una vez que lo visita quiera volver? Nos disponemos a averiguarlo. Tras desayunar en el bufet del hotel Tinas de Pechón (no hace falta estar alojado para disfrutar de su comedor o su terraza), nos perdemos por sus calles plagadas de flores radiantes, cuidados jardines y preciosas fachadas. Junto a su plaza, encontraremos el antiguo lavadero. Callejeando un poco más, rodeada de árboles, daremos con la empedrada Parroquia de San Sebastián (santo al que veneran el 20 de enero, cuando se organizan las fiestas de invierno; en verano, las fiestas de Santa Clara se celebran del 10 al 13 de agosto).

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