El Camino de Nidaros, peregrinaje en Noruega
01/01/2011Más de 640 kilómetros son los que recorre el antiguo Camino de Nidaros, una ruta de peregrinación que va desde Oslo hasta Trondheim, atravesando algunos de los parajes más abrumadores de la singular geografía noruega.
Noruega es el país soñado por los amantes de la naturaleza y el senderismo, y uno de sus platos fuertes es, sin duda, el Camino de Nidaros, una mezcla perfecta entre cultura y naturaleza.
El célebre rey Olav Haraldsson, mejor conocido como Olav II «El Santo» y quizá la figura más relevante en la lucha por la cristianización de Noruega, murió en la batalla de Stiklestad en 1030 y fue enterrado en Nidaros, la ciudad actualmente conocida como Trondheim. La Catedral de Nidaros se erigió sobre su tumba y durante cuatro siglos fue un lugar de peregrinación –tal vez el más importante del norte de Europa en época medieval– para personas en busca de consuelo, ayuda y salud.
El antiguo camino de los peregrinos de Oslo a la Catedral de Nidaros se volvió a abrir, en nuevas condiciones de accesibilidad, en el verano de 1997, y desde entonces son muchas las personas que han peregrinado hasta aquel antiguo lugar de culto; algunos motivados por el fervor religioso, otros simplemente por el placer que supone atravesar estos parajes excepcionales, conocer sus tesoros y disfrutar de la satisfacción que supone ver la misión cumplida.
Además, existe un aliciente extra: llegar a Trondheim entre el 28 de julio y el 4 de agosto para celebrar por todo lo alto el Festival de San Olav –el día de San Olav es el 29 de julio. Durante las festividades, los habitantes de la ciudad y sus visitante rememoran la tradición y las hazañas del aquel célebre vikingo. Artistas noruegos e internacionales, música, teatro, celebraciones religiosas, recreaciones medievales, una feria comercial… la ciudad se inunda con todo tipo de manifestaciones. Por supuesto, Trondheim cuenta con una oferta cultural mucho más amplia, que va desde el Teatro de Trøndelag hasta el Festival de Jazz, pasando por el Museo Ringve y el Palacio del Arzobispado, entre muchísimas otras opciones.
En todo caso, el Camino de Nidaros, como el de Santiago, el de Santo Toribio de Liébana o la Vía Francígena, entre muchos otros, representan la posibilidad de descubrir un territorio y adentrarse en sus más relevantes particularidades; un viaje, un camino, un peregrinaje que, cerca o lejos de la espiritualidad, abre las puertas a esa conexión indisoluble entre el hombre, su entorno y sus más profundas aspiraciones.