Casa Pizarro: historia viva y descanso contemporáneo en el corazón de Cáceres

El hotel boutique, ubicado en una casona del siglo XVIII, en su día albergó la casa de banca y comercio de lanas más prestigiosa de Extremadura.

En pleno casco histórico de Cáceres, entre calles empedradas y monumentos centenarios, se encuentra Casa Pizarro, un hotel boutique que respira historia en cada rincón. Lo que hoy es un alojamiento con carácter fue, en el siglo XVIII, una casa señorial dedicada al próspero comercio de la lana, cuando la ciudad era un enclave destacado de la Mesta, la poderosa organización de ganaderos que impulsó la economía de la región.

La transformación de esta joya arquitectónica no ha sido un simple proceso de restauración, sino una declaración de principios del Grupo Zaguán, especializado en la rehabilitación de inmuebles históricos para rescatarlos del olvido (en la actualidad están convirtiendo el Palacio de los Duques de Abrantes, del siglo XVI, en apartamentos turísticos de lujo). “Nuestro objetivo cuando lo compramos en 2018 no era explotar el hotel directamente, sino adquirir el inmueble como inversión y alquilarlo”, reconoce el ingeniero industrial Joaquín Pitarch Velloso, uno de los propietarios, quien se implicó personalmente en el proyecto, junto a su esposa, Amelia Keane, responsable de comunicación del grupo.

El destino tenía sus propios planes para un hotel que estaba en activo, pero que arrastraba muchos problemas: “Cuando llegó la pandemia, la situación se volvió insostenible y nos vimos obligados a asumir la gestión. El edificio estaba deteriorado, el mantenimiento era prácticamente inexistente y, de las 18 habitaciones, solo 14 eran utilizables. En ese momento tuvimos que decidir qué hacer con él”, recuerda Joaquín. La decisión fue devolverlo a la (buena) vida.

Del olvido al renacimiento
Casa Pizarro no siempre estuvo relacionada con el turismo. Durante siglos perteneció a la familia García Carrasco, comerciantes de lana originarios de La Rioja que se establecieron en Extremadura en el siglo XVIII. “En aquella época, Cáceres era un punto clave en el comercio de la lana merina y esta casa formó parte de ese circuito comercial. De hecho, aquí se ubicaba la casa de contratación de lana, donde agentes de distintos países –italianos, flamencos y franceses– negociaban su exportación”, señala el copropietario.

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