Banyuls-sur-Mer: el pueblo del sur de Francia del que nadie habla

A pesar de que Banyuls-sur-Mer resplandece en la luminosa Costa Bermeja, ubicada en el sur de Francia, su brillo queda a menudo eclipsado por el innegable atractivo de destinos como Collioure o Argelès-sur-Mer. Sin embargo, esta villa marinera derrocha encanto por los cuatro costados: viñedos en terraza de los que brota una fuerte cultura vinícola, una gastronomía que rinde homenaje al Mediterráneo, playas de aguas turquesas, callejuelas que postulan a convertirse en la perfecta postal, arte firmado por el escultor francés Maillol y, en definitiva, una belleza propia de los Pirineos Orientales.

Además, cruzar la frontera para ir a Banyuls-sur-Mer desde España no supone mucho más tiempo que viajar a otro destino nacional: esta localidad de la región de se encuentra a tan solo una hora en coche de la estación de tren de Figueres –capital de la comarca del Alt Empordà– y a un par de horas de Barcelona en tren (pasando por la coqueta Perpiñán). Si se parte desde Girona, se puede poner rumbo sobre raíles a Portbou y, desde el pueblo en cuestión, coger otro tren con destino a Banyuls-sur-Mer. Ese trayecto tampoco supera las dos horas. Lo dicho: a tiro de piedra.

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