Llardecans recupera su histórica Farmacia
11/10/2023El Ayuntamiento de la población del Segrià ha iniciado la musealización del establecimiento, que data del año 1848, y confía en abrirlo al público la próxima primavera
«La Farmacia Tomàs Pinyol es la más antigua de Cataluña que ha funcionado siempre en el mismo lugar y es por tanto un espacio histórico y arquitectónico que hay que recuperar y abrir al público». El alcalde de Llardecans, Xavier Mor, explica que en estos momentos se está sacando adelante el proyecto de musealización, con la colaboración del Museu de Lleida, y que la previsión, si no hay imprevistos de última hora, es que el establecimiento sea visitable esta primavera.
El espacio de la antigua farmacia, de 19 m2 y que funcionó entre 1848 y 1988, ya ha sido completamente rehabilitado. Se han restaurado los muebles (encimeras, estanterías, cajones, armarios), se ha restablecido el suelo de ladrillo y se ha recuperado la colección original de cerámicas, frascos (unos 140 en total), utillaje farmacéutico, productos medicinales , prescripciones, recetarios y documentación que incluye formulaciones.
Mor señala que actualmente el Ayuntamiento está buscando un espacio complementario, en la misma casa donde se ubica la farmacia o en un edificio cercano, para poder contar la historia y las características del espacio, mediante documentación o material audiovisual que permita hacer la visita por libre. También se estudia la posibilidad de formar a un profesional para realizar visitas guiadas.
Paralelamente a la recuperación de la farmacia, el Ayuntamiento de Llardecans quiere habilitar y hacer visitables las pinturas de la llamada Casa Cornadó, situada en el número 12 de la calle Major de la población. Las pinturas murales, hechas al seco con aglutinante de temple de cola, se encuentran en el cuarto-dormitorio de una casa de piedra de la primera mitad del siglo XIX.
Las pinturas de la sala son de estilo neogótico (1850 aprox.), mientras que las de la alcoba son de influencia modernista (final del siglo XIX-principio del XX). Según testimonio familiar, las pinturas -al menos las de la sala- las habría hecho un monje huido de Scala Dei, y la decoración se le encargó con motivo de la boda de un hijo de la familia de la casa.
Además de la farmacia histórica, Llardecans tiene otros atractivos remarcables como el Arco de Adà, las citadas pinturas murales de la cámara-dormitorio de la Casa Cornadó, el mirador, la capilla de Loreto o la iglesia de la Asunción.
Aunque la voluntad de la familia Pinyol ha sido siempre conservar la farmacia en las mejores condiciones, el paso del tiempo ha provocado el deterioro de la estructura y el mobiliario del espacio. Algo que se ha visto agravado durante los últimos años por problemas de humedad.
De esta forma, el equipo encargado de recuperar la farmacia original ha llevado a cabo una restauración íntegra durante un plazo de dos años que ha incluido acciones de desmontaje de urgencia del mobiliario, la restauración de éste y la redacción de un proyecto arquitectónico. «Fueron dos años intensos de trabajo», ha explicado el codirector de la intervención de restauración, Ramón Solé.