Italia, descubriendo nuevos horizontes
01/01/2011Es normal oír hablar de forma más o menos pomposa pero siempre con aire de suficiencia, a turistas de todo tipo de que conocen Italia; que han ido varias veces, que piensan ir a Roma, Florencia, Pisa… dando lugar de preferencia a Roma, Florencia, Venecia, y sentando cátedra sobre el “David”, “La Piedad”, “El Laoconte”, o la cúpula del Vaticano…
Ciertamente las rutas turísticas ofrecen muchos derroteros en función de la demanda por una parte, y de las posibilidades de diversión en definitiva para el turista por otra. Sin embargo, y por suerte para Italia, ni empieza ni termina en Roma o en Venecia. Es una joya en su conjunto, un diamante pulido por la propia mano del creador.
Cita desde antiguo de los mejores representantes de todas las artes, desde la arquitectura que cabalga armoniosamente entre lo etrusco, románico y gótico, pasando por los delicados toques bizantinos, hasta los más grandes maestros de la pintura, escultura, bajorrelieves, grabados y, por si fuera poco, grandes compositores y una lírica envidiable.
Italia respira arte y grandeza civilizadora por todas partes, pero aquí tampoco termina su embaucador encanto. Eso, es sólo lo que se piensa ver antes de salir de viaje, y se confirma cuando se llega al lugar…
Afortunadamente, para conocer algo de un lugar y de sus gentes no basta con ver lo que nos enseñan o vemos, hay que penetrar en lo más hondo de las cosas, en los detalles del día a día, de lo que está pero no se ve.
Con motivo de la celebración de un festejo anual que se celebra a finales de Mayo “Il Palio di Ferrara” y de que habíamos oído hablar maravillas, nos acercamos a esta comarca dependiente durante mucho tiempo de los Estados Pontificios para vivirlo en directo, tiene una inmensa riqueza artística, además de ser conocida como el granero de Italia. “Il Prosciutto di Parma” debidamente identificado por una corona ducal de 5 estrellas, es un jamón cuidadosamente tratado con una curación de un año como mínimo en sótano fresco ligeramente ventilado tras un secado natural a 900 metros sobre el nivel del mar.
Un siglo antes de la Era cristiana, Varrona hablaba ya de las excelentes ganaderías de cerdos de esta zona y de la sabiduría de ciertas tribus lugareñas para conservar sus carnes.
Entre las visitas obligatorias se impone, también en las afueras de Parma, la visita de un “caseificio” (fábrica del famoso queso parmesano), y degustación de productos típicos de la tierra. En Parma también se encuentra el más prestigioso teatro del mundo: el Teatro Regio inaugurado en 1829 con una nueva ópera de Vincenzo Bellini escrita para ese evento. Este edificio de 84 metros de largo por 38 de ancho y 19 de alto fue mandado construir por la Duquesa María Luigia quedando parcialmente afectado mpor el terremoto de 1983. No en vano, Parma vio nacer a Verdi y allí también vivió Toscanini.
Cerca de Parma podemos visitar la Fundación Magnani-Rocca, antiguo palacete habilitado en museo donde existe una buena muestra pictórica de lo más renombrados maestros de la pintura clásica: Tiziano, Lippi, Durero, Rubens, Van Dyck, Goya y otros más Contemporáneos e impresionistas como Monet, Renoir, Cezanne… |
Módena alberga la factoría del más conocido modelo de Fórmula 1: el inconfundible Ferrari. Faenza posee ciertamente uno de los mejores museos de cerámica de Italia. Los premios conseguidos en certámenes, concursos, exposiciones, etc., se cuentan por decenas. Uno de sus mejores exponentes es Leandro Lega que combina prodigiosamente forma y color.
En las llanuras del Po, se fundó en el Siglo XV la abadía de Pomposa que alcanzó una indiscutible fama durante la Edad Media, siendo muy visitada por altos cargos de la época y conocida tanto por la propia abadía como por los tratados expuestos por el monje benedictino Guido D´Arezzo, inventor del sistema moderno de la transcripción de la música (dicho de otra manera es un poco el padre de la Clave de Sol y de la Clave de Fa), partiendo de las sílabas iniciales de los primeros versos de un himno dedicado a San Juan Bautista. Una desviación natural del río Po aisló definitivamente esta abadía en 1654. Las sucesivas restauraciones han dado una nueva vida a unos hermosos frescos, y su campanario construido en el año 1063, situado a más de 50 metros de altura, representa una de las mejores muestras del Arte Románico.
Cerca de Pomposa Comacchio, una ventana al Adriático, nos recibe con sus salinas y sus no pocas esclusas: estamos ante la desembocadura del río Po. Todo en pequeño, con gente marinera, la casa de vigilancia o casa del guarda, habilitada en museo, y su antigua lonja cerca de un embarcadero donde pequeñas |